jueves, 31 de marzo de 2016

Incendiarios y madroños, Celso Peyroux

Los últimos druidas
Incendiarios 
y madroños
Celso Peyroux

Madroños para los montes calcinados de Proaza. Seres vivos para que las naturalezas muertas recuperen su esplendor y el verde de sus esbeltas figuras pongan una luz de esperanza en un mundo donde el hombre todo lo destruye.

Programa que se nos antoja a seguir en tan plausible iniciativa: -asegurar el dinero del proyecto (del dicho al hecho… Recuérdense los años que estuvieron cinco aldeas del concejo sin luz eléctrica mientras los cables aéreos cruzaban uno de los núcleos rurales); -evitar burocracias inútiles a las que las gentes del campo y administraciones locales están acostumbradas (quince años es el tiempo para ver la planta crecida y no para dar la primera “fesoriada” y sepultar la raíz en el suelo); -evitar que el pimpollo sea pasto de los muchos ciervos que viven en la zona; -hacer un seguimiento periódico a la plantación y mientras se hacen todos los preparativos, dar caza y captura al Nerón incendiario para que participe en los trabajos y regenere su corazón enfermo. En fin, menos fotos y hechos son amores.

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