lunes, 4 de julio de 2016

Demasiado tarde para el campo, Celso Peyroux

Los últimos druidas
Demasiado
tarde para el campo
Celso Peyroux

Por estos valles se hicieron mesa redondas y cuadradas para dejar sobre ellas asuntos incendiarios y temas preocupantes. Fueron promovidas por el diario La Nueva España y este cronista con la participación de técnicos, entendidos y el pueblo llano: “Teverga, no quiere morir”, para discutir sobre el cierre de HULLASA, “La concentración parcelaria y el futuro del campo”, sobre la agonía de las zonas rurales y “El turismo rural, la otra opción en los Valles del Trubia”. A excepción de la última, todas cuantas se hicieron sobre la supervivencia del carbón y el devenir de los ganaderos no sirvieron de nada. Ni con las minas, ni con la tierra y sus trabajadores se supieron hacer las cosas, a su debido tiempo, y la suerte está echada para ambas parcelas. Uno se sonroja de universidades y sus luchas internas, de políticos y sindicatos inmersos en su ambición de poder. Ahora se desean gestionar ayudas para los jóvenes agricultores, pero como no haya un verdadero plan de choque interdisciplinar con proyectos a corto y medio plazo, todo se habrá perdido “…Menos el honor y la vida que se han salvado…”.

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