Durante este mes de mayo, se puede visitar en el Parque Principado una colección de Billetes antiguos locales y curiosos, propiedad de Javier Antonio García Luis.
"En el año 1936, al comienzo de la Guerra Civil, los billetes en circulación eran los emitidos durante la Monarquía y la II República cuyos valores eran de 25, 50, 100, 500 y 1000 pesetas.
Al estallar la guerra, la gente guardó las monedas de plata, más porque eran valiosas por su material que por el valor que representaban. A su vez, el gobierno las recogía para sufragar con la plata los gastos originados por la guerra. Estos hechos propiciaron la carencia de monedas fraccionarias, lo que dificultaba el desarrollo de las transacciones mercantiles.
Algunos comercios, empresas, etc, comenzaron a crear vales para facilitar el intercambio, pero no estaban respaldadas por ninguna entidad bancaria ni organismo oficial.
La situación llegó a ser tan grave que algunos municipios decidieron emitir billetes municipales garantizándolos, y algunos organismos locales tales como comités, sindicatos, etc, hicieron sus propias emisiones para facilitar el pago de los salarios.
Durante el año 1937, muchos ayuntamientos se vieron obligados a emitir sus propios billetes, que carecían de valor fuera de su termino municipal, de ahí que sean conocidos como locales ya que se limitaba su uso a la localidad que los emitía.
Pero no todos los ayuntamientos depositaban el equivalente a las emisiones de curso legal para avalar estas emisiones. De hecho, esto fue consentido por el Gobierno como medida provisional hasta que el Banco de España emitiera una cantidad de moneda fraccionaria suficiente para cubrir la necesidad de todo el país."
"En otros países como Alemania y Austria, se emitieron billetes de emergencia o necesidad como respuesta a la situación de crisis económica causada por la hiperinflación ocurrida después de la Primera Guerra Mundial.
"Los gobiernos centrales habían emitido gran cantidad de papel moneda sin respaldo en oro, con el fin de solventar los gastos de la guerra, provocando una inflación debido a la abundancia de circulante sin respaldo. Debido a esta perturbación económica las autoridades municipales estimularon mecanismos de trueque en localidades pequeñas, pero debido a la expansión económica no se podía prescindir totalmente del dinero por lo que emitieron unos documentos semejantes a los vales que podían ser usados como medio de intercambio con valor facial fijo, reemplazando la moneda emitida por el gobierno central circulando en pequeño volumen de acuerdo a las necesidades."
"La fuga de marcos de oro de Alemania después de la Primera Guerra Mundial, causó un grave daño a la economía que debía utilizar moneda impresa apresuradamente para cubrir sus actividades, y parte de la riqueza generada por la economía local era absorbida por la urgencia de pagar reparaciones de guerra a las naciones vencedora. Al aumentar el flujo de dinero circulante entre la población, este empezó a devaluarse. Las potencias vencedoras no tardaron en percatarse, exigiendo el pago en recursos naturales. Como consecuencia, los precios de los artículos de consumo subieron aceleradamente en pocos días haciendo inservible el dinero emitido por el gobierno. La población que dependía de un salario se vio incapaz de afrontar los precios de los alimentos y servicios básicos. El gobierno comenzó entonces a emitir billetes de millones de marcos."
Parte del texto expuesto por Javier Antonio García Luis
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