Los últimos druidas
La injusticia de Trubia
La injusticia de Trubia
Celso Peyroux
No pretendo descubrir ahora que el mundo está lleno de
injusticias. No hay más que darse una vuelta por Haití –cinco años después del
terremoto que asoló el país caribeño y que ha pasado al olvido- o por la mitad
de lugares del África negra donde un niño se muere por falta de cuidados cada
cinco segundos. “Teverga solidaria” está trabajando por y para ellos todos los
años pero se necesita que otros pueblos y comarcas imiten esta noble acción. No
obstante no hace falta ir tan lejos para darse cuenta que también aquí en
nuestros valles comienza a faltar el pan y la sal a muchas familias. Es
injusto. No cabe en rincón alguno la acción villana y perversa de despedir a
trabajadores que llevaban toda su vida laborando en la entrañable Fábrica de
Trubia de gratos recuerdos. Maldito sea una y mil veces el mundo globalizado
del dinero con sus multinacionales. Todo se fue al Garete menos la esperanza.
Los “cincuenta-y-cinco” valientes despedidos aguantan porque todo el valle los
apoyará como ocurrirá esta tarde. ¡¡¡Haití, mon amour!!!
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