Doce novelas y decenas de cuentos, relatos y
poemas se han escrito sobre el concejo y se encuentran en el Centro de Estudios
de la Colegiata
Han
sido, desde hace muchos años, unas tierras abonadas a las letras y a las
ciencias y prolíficas en las publicaciones más interdisciplinares y diversas.
Así, numerosos escritores han visitado, investigado, defendido y divulgaldo la
historia, vida y circunstancias del concejo tevergano.
La
nómina es tan amplia que nos llevaría una buena parte como preámbulo al breve trabajo
que deseamos desarrollar sobre libros narrativos y poemarios cuyo escenario
fueron estos valles durante las centurias XX y XXI. Quedaría, para un profunda
y exhaustiva investigación todo cuanto aconteció, en el campo de las letras, en
los siglos XIX y anteriores, de los cuales poco o nada se sabe.
Además
de los poetas locales que escribieron con los versos tradicionales del
romancero, solo han sobresalido José Alvarez-Prida Vega (de la Generación del
Veintisiete), Mino Fuenteseca -el más profundo de todos- y José María Lana
Díaz. La narrativa con novelas, relatos y cuentos, por el contrario, ha tenido
un mayor eco y varias fueron las publicaciones desde finales de los años
cincuenta.
Dos narradores se asoman a la galería de la
ficción y la autobiografía por aquellos años: por una parte lo hace Julián
Cañedo (de la familia del Conde de Agüera), personaje polifacético que se mueve
entre el dandismo, el mundo de los toros y la raza gitana. Deja escrito “La
barba roja” con escenarios divididos entre Oviedo, Teverga y Madrid y una
segunda entrega, “Bajo el vuelo de las águilas”. Un segundo narrador sería
Sandalio Suárez, que nace en Villanueva de Teverga a finales del siglo XIX,
trabaja en las minas del concejo para trasladarse a Turón y a Oviedo donde
fallece. Corresponsal y articulista díscolo de prensa escribe en el “Noroeste” y
en el “Avance”. Fue un hombre comprometido con el momento social de la época y
nos deja “Mineros de España” y un segundo libro, “Muerto antes de morir”.
Escritores teverganos en el Club de Prensa en 1993
No
sería hasta la década de los noventa cuando, en verdad, nacen los relatos, los
cuentos y la novela tevergana profunda que identifica tiempo, espacio,
personajes y la idiosincrasia del concejo. A la primera antología titulada
“Sombra del camino”, que dirige este cronista, aparece, tres años después, una
segunda entrega de cuentos y relatos que, bajo el título de “Campanas para el
recuerdo” se recogen trabajos de: Ricardo Algar, Dolores Prida, Trinidad
Ardura, Lluis Fontetoba (Xosé Ll. García Arias), Eloina García, José Mª Lana,
Gerardo Lombardero, José María Ruilópez, Sandalio Suárez y Celso Peyroux.
A
partir de entonces, Trinidad Ardura publica: “Olvido” (con prólogo de Torrente
Ballester) y “Que no se entere Mendoza”. Por su parte Ruilópez entrega “Todo
junto al río” y “La antojana”, de reciente presentación, Nicanor Rozada
–centrado en trabajos de investigación sobre la minería, la Guerra Civil y la
persecución franquista- presenta su narración “Destinos difer entes”. En fin, por mi parte,
tres son las novelas escritas: “La sombra de un Dios ausente”, “Hasta que en el
cielo toquen las aves” y “Lobos de luna negra”.
A
este florilegio narrativo se añade, desde hace unos años, los sainetes y
entremeses teatrales escritos por Gely Rodríguez que interpreta el grupo local
de teatro “Corazones Jóvenes” muy bien dirigidos por Ramón García.
Hace
unos años se puso en marcha un concurso de cuentos y relatos y, aunque fue
efímera su singladura, se ha podido apreciar que hay escritores con calidad.
Se
hace pues necesario que padres y profesores aúnen esfuerzos y se impliquen -al
igual que lo hacen en otras disciplinas: teatro, pintura, manualidades,
deportes…- para que niños y niñas conozcan la historia, el arte, la literatura
y se vayan en busca del tiempo perdido -como Marcel Proust- para rescatar y
difundir las profundas raíces del concejo.
Celso Peyroux, Cronista Oficial de Teverga
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