lunes, 15 de febrero de 2021

Postales y fotos antiguas de Oviedo

En la sala de exposición Sabadell Herrero, hasta el domingo 21 de febrero (esta semana), se puede visitar la exposición "La Ciudad Despierta", la colección fotográfica y de cartofilia que el Museo del Pueblo de Asturias ha montado sobre Oviedo. 
La exposición cuenta con fotos y postales tomadas desde 1858 hasta 1978.
El horario: Lunes a sábado de 11 a 14 y de 17 a 20 horas (el horario se ha reducido, antes cerraba a las 21 horas) y los domingos y festivos de 11 a 14 horas. Los martes está cerrado.

Oviedo, fotos, postales, exposición, Sabadell
Tríptico de la exposición "La Ciudad Despierta", Oviedo.

La exposición se celebra en memoria del catedrático de Geografía de la Universidad de Oviedo Francisco Quirós Linares (Zamora, 1933 - Oviedo, 2018). Investigador pionero sobre la ciudad, publicó el libro El crecimiento espacial de Oviedo y otorgó a la fotografía un valor primordial para conocer la evolución de la ciudad. 

Oviedo, Sabadell, exposición, postales, fotos
Sala de exposición del Sabadell Herrero

La sala de exposiciones es muy amplia y nunca está tan concurrida que haya problemas para ver la exposición alejados de otros visitantes.

postales, Oviedo
Postales antiguas de Oviedo

Oviedo, postales
Postales antiguas de Oviedo

postales, Oviedo
Postales antiguas de Oviedo

Se pueden ver también tres pases de imágenes, una de ellas del exterior y el interior de comercios de principio del siglo XX.

fotos, Oviedo, gente
Fotografías antiguas de gentes de  Oviedo

postales, antiguas, Oviedo
Postales antiguas de Oviedo

Observando las imágenes, podemos ver cosas tan curiosas como este gran arco levantado frente a la Estación del Norte en 1902:

Fotografía de Edmundo Lacazette del Arco levantado por la Diputación Provincial delante de la estación de Ferrocarril del Norte, en honor de Alfonso XIII y de los Príncipes de Asturias, María de las Mercedes y Carlos de Borbón dos Sicilias. 3 de agosto de 1902


Observando postales, no solo en la exposición, observamos el cambio experimentado por la ciudad y sus monumentos, sus plazas y edificios. Por ejemplo, en esta postal de 1903, se ve lo pequeña que era la plaza de la Catedral, con edificios porticados que formaban una primera línea por delante de los que vemos hoy en día. Esos edificios fueron derruidos a finales de los años 20. La entrada de la catedral contaba con una reja que estaría situada donde siempre se vio distinto el pavimento de la plaza. A los largo de los años, la plaza se utilizó unos años de aparcamiento y en otras épocas, como ahora, solo para viandantes.

Oviedo. Plazuela de la Catedral. Fototipia y tip. de Bellmun (Gijón). Serie D nº 1. 
Postal enviada por el Dr. Cándido Díaz Pereiro (desde Ribadesella) a su hermana Carmiña (Santiago de Compostela) el 28 de marzo de 1903. Edificios porticados derruidos en 1928.
Hasta ese momento, la catedral estaba oculta por los edificios y  una vez en la plazuela, para ver su torre, era obligado mirar hacía arriba. A partir de entonces, se puede ya ver entera sin ningún esfuerzo.

catedral, postal, Oviedo, Roisin
Catedral. Ed. Lucien Roisin-Foto nº 31
Lucien Roisin editó postales sobre todo en las décadas 20 y 30 del pasado siglo. Era un parisino afincado en Barcelona, con tienda propia, "La casa de la postal" que publicaba imágenes tomadas por él, o por otros fotógrafos a los que compraba el cliché. Es posible que la foto sea ya de la década de los años 30, derribadas las casas porticadas de la postal anterior. A partir de 1925, se llamó plaza de Alfonso II el Casto.

catedral, Oviedo, postal
Salida de misa de la Catedral. Ed. Arribas, año 1961

postal, catedral, Oviedo, Alce, Escudo de Oro
Plaza de la Catedral. Editada por Fisa, Escudo de Oro, en el año 1983 con un archivo de la editorial Alce (seguramente con una foto de mediados de los años 60).

plaza, catedral, Oviedo, postal
Plaza de la Catedral convertida en un gran aparcamiento cuando años antes (y años después) fue peatonal).
Ed. Alce, año 1972

catedral, Alarde, postal, Oviedo
Catedral. Ed. Alarde, año 1977

Oviedo, catedral, vista aérea, postal
Vista aérea de la Catedral. Ed. A. M.
En las postales de esta editorial canaria con 25 años de historia, no pone el año de la edición de las postales. Y sin coches ni gente en la plaza, es difícil hacer una datación. Posterior a diciembre de 1991, año en que el alcalde Gabino de Lorenzo comenzó la peatonalización de Oviedo, comenzando, precisamente por esta plaza. Ahora, en 2021, el pavimento de la plaza presenta otro aspecto, con losas rosas y grises.


Mirando postales, también podemos observar la transformación de Santa María del Naranco, inicialmente el Aula Regia (Sala de recepciones o salón del trono) del conjunto palaciego que el rey Ramiro I mandó construir a las afueras de Oviedo a mediados del siglo IX. La iglesia de dicho conjunto era San Miguel de Lillo. A mediados del siglo XII, debido al deterioro de San Miguel, se transformó Santa María en iglesia.

Santa María del Naranco, postal, Oviedo.
Santa María del Naranco. Ed. Librería Escolar, Oviedo.
En esta postal del principios del siglo XX, se puede ver un edificio adosado a la cara oeste, que, por suerte, ya desapareció. Este edificio, construido como sacristía y camarín de la Virgen, se adosa al templo en 1697 y fue demolido entre 1929 y 1934 por el arquitecto Menéndez Pidal. También se ve la espadaña con sus campanas. Una primera espadaña se añadiría en algún momento cuando se convirtió en iglesia. En 1856, arruinada aquella, el párroco levantó esta de grandes dimensiones que fue eliminada, junto con la escalera central y el muro adosado en las obras de restauración de los años 30.

Postal, Oviedo, Santa María del Naranco, Nuevo Hotel París
Postal. Oviedo. Santa María del Naranco. Obsequio del Nuevo Hotel París
En la postal, se ven los arcos de entrada y las escaleras, así como un murete que no está presente actualmente. Las escaleras paralelas a la edificación, permanecen en pie, pero la perpendicular ya no está.

Santa María del Naranco. Oviedo, postal
Santa María del Naranco. Ed. Alarde, 1974.

Santa María del Naranco, Escudo de Oro, postal, Oviedo
Santa María del Naranco nevada. Fachadas norte y este. Ed. Fisa Escudo de Oro. 1993

Santa María del Naranco, postal, Oviedo
Santa María del Naranco. Fachadas sur y oeste Ediciones A.M. Sobre los años 90.
La hierba y los árboles que se aprecian en el norte de Santa María, fueron eliminados para dejar el monumento limpio y alejado de la maleza que lo acosaba.

domingo, 7 de febrero de 2021

Hasta no quedar nada. Fernando Barreiro

Azotados por el abrazo del olvido,
cuando ellos fueron dioses
hermanos de la madre Gea,
muriendo de silicosis
en lo más profundo de oscuros valles
que algún día fueron marea
de verdor y naturaleza.

Sus manos son duras como las piedras
que durante toda su vida han picado
y sus hijos no tienen más futuro
que un mísero subsidio de paro.

Como mudos testigos de un glorioso pasado,
montañas de negro
escombro observan
impasibles
cómo la vieja fábrica se oxida,
derrumba,
descompone y olvida;
cómo los aguerridos guerreros,
que con fuertes brazos y tiernos
corazones trabajaban en ellos,
mueren sin nombre
y cómo sus hijos huyen
allá lejos donde el acero
y el cristal impiden ver el horizonte
y un ejercito de termitas van de acá para allá
esclavos de un ritmo que la vida impone
día y noche.

Pobres fantasmas,
atrapados bajo toneladas
de carbón y de pizarra,
sepultados para siempre
por la piedra que más pesa:
la piedra del olvido
de una sociedad que no tolera su existencia.

Les ha colocado sobre sus cráneos
cascos de piedra, aplastando su trabajosa respiración,
castigos de piedra para el infierno
de allá abajo
donde el polvo y el grisú se les agarraba
a los pulmones y el corazón.

Y ahí quedaron para siempre las invencibles montañas que allí estaban mucho antes de que todo empezara, que han sido horadadas en busca del valioso fruto de su corazón y que ahí seguirán aún cuando el huracán del tiempo haya barrido todo vestigio de actividad minera de la faz de la tierra.

Cuando mis pies adentran mi caminar en las selváticas montañas que circundan esta mi amada patria, me conmuevo al encontrarme con algún viejo jubilado paseando por entre los destartalados raíles que emergen de la hierba montañosa, raíles que él observa con lágrimas en los ojos recordando como de joven acompañaba el duro trabajo de las mulas que por vagones cargados con el azabache mineral tiraban, tiempos en los que, al igual que las bestias, él aguantaba el yugo del patrón. Y, cuando yo veo esos raíles, lloro de rabia al darme cuenta de mi estupidez por haber tardado tanto en nacer y haberme perdido el grandioso espectáculo de ver a la máquina escupiendo humo al cielo gris mientras traía tras de sí una hilera de vagones como si de una oruga se tratara; mis ojos no pudieron seguir su rostro a través de los montes nevados al igual que hacía los ojos de mi madres como tantas veces ella me ha recordado.

¡Qué triste ver los solitarios y oxidados castilletes diseminados a lo largo de toda la ribera del río que desciende por el valle! ¡Qué triste pensar que nos robaron nuestras aguas cristalinas prometiéndonos el Edén económico! Todas esas ganancias se fueron muy lejos de aquí. ¡Qué triste pensar que ahora nos roban lo poco que nos quedaba dejando nuestra historia congelada, perdida y difusa en retorcidos hierros oxidados! Se les ha olvidado que este valle y sus gentes les hicieron rico.

Nos lo pagan con el más afilado y cortante
de los olvidos
mientras minas
los hombres, los ruidos
se desmoronan hasta no quedar nada de ellos
hasta no quedar nada de nuestro pasado,
hasta no quedar nada de nosotros...
¡Hasta no quedar nada!

Fernando Barreiro Fernández
con la colaboración de Alexia Yagüe Redondo (1º bach. IES Valle de Turón) 
Actas del Primer Encuentro de Escritores de la Mina