Web y blog: Mª Teresa Bravo Sánchez
Colecciona que algo queda
Según un reciente estudio
desarrollado en varias ciudades del Imperio por el Washington Health Institute,
uno de los mejores remedios contra los azotes de la sociedad moderna es el
coleccionismo. Un decir: que usted tiene estrés, búsquese un tema que le atraiga
(perros, bar-cos, trenes, desnudos, reyes, las abejas, los Beatles, la rueda,
el cosmos, ¡qué se yo!, Lady Di, por poner otro ejemplo) y dedíquese a buscar,
clasificar, ordenar y documentar todos los sellos que a lo largo y ancho del
mundo tratan lo más remoto que se pueda imaginar. ¡La filatelia!, esa medicina
para la tolerancia, ese deporte del intelecto que no produce lesiones y tanto
le vale el sol como la lluvia, la infancia como la vejez, el ingeniero como el
barrendero (el último gran premio en la filatelia asturiana fue para un barrendero
jubilado de Pola de Siero).
Otro decir: que a usted le
apasionan los documentos antiguos fenecidos por el avance imparable de las
nuevas tecnologías, pues hágase scriptofílico, que a ciertas edades es infinitamente
más saludable que halterofílico por ejemplo y no digamos nada que hemofílico.
La scriptofilia es la rama del coleccionismo empeñada en demostrar que los
viejos documentos, como los viejos roqueros, nunca mueren, como por ejemplo las
acciones, aquellos artísticos documentos, convertidos hoy, ¡ay!, en una mera
transacción electrónica; ¡ay!, aquellos bellos manuscritos llenos de pólizas y
Dios guarde a usted muchos años, ¡ay! La timbrología, esa inocente pasión de
tacar los timbres de adultos, los papeles timbrados, uno de los mejores
inventos que España dio a este burocrático mundo.
Luego están las fiebres de todo
tipo. Y aquí, el Washington Health Institute propone un especial tratamiento
homeopático: contra las fiebres que asolan al mundo parece ser que es muy bueno
respirar aromas de otros tiempos, aromas encerrados en cajones y álbumes que la
vida nos mantuvo cerrados durante el largo puente en que las prioridades eran
otras. Todos nosotros podemos amortiguar las fiebres de la sociedad moderna
coleccionando cosas de la sociedad antigua. Lo más aconsejable son las viejas
fotos, las postales, los calendarios, los carteles de cine, los recortes de
prensa, en fin, todos esos papelinos que podemos ordenar por temas o por años o
por estilos o por emisiones. Pero también existen los coleccionismos de pins,
medallas, plumas e incluso hay gentes que coleccionan cosas más grandes,
digamos lámparas, muebles o locomotoras, ¡allá ellos con sus pisitos!
Algunos coleccionistas se lo
montan en plan inversor. Bien está. En España, sin ir más lejos, tenemos varios
sellos de Franco (y también varias monedas) que han multiplicado su valor por
miles de enteros. En USA (otra vez el Imperio) un sello defectuoso del
presidente Nixon que alguien tuvo la fortuna de recortar de una carta, costó
diez duros y se ha vendido en diez millones en una operación que ni los mejores
ingenieros financieros. La mejor coleccionista del mundo es hoy nada menos que
Reina del Reino Unido y eso, amigos míos, da mucha seguridad.
En fin, el Washington Health
Institute ha comprobado que el coleccionista tiene "grasas buenas"
(000d Brease) pues tanto tiempo como dedique a su afición, tanto como resta al
bar y a la nevera. Además, dado lo mucho que exige patear mercadillos, rastrillos
y grupillos de coleccionistas, casi seguro que el WHI, aconseja la filatelia,
la scriptofilia, la numismática, la timbrología, etc.…, no sólo contra la
depresión o el estrés sino también contra el colesterol, los triglicéridos y
puede que hasta lo recomiende como bálsamo homeopático contra los malignos
"ismos" de este final de milenio. En fin, que el coleccionismo,
además de procurarnos una beneficiosa salud física, financiera y cultural,
elimina fronteras, establece invisibles lazos de solidaridad y abre camino a la
paz mundial. Es muy posible e incluso probable que el Washington Health
Institute proponga al P.P. (Premio Príncipe) al muy pobre, legal e inquieto
Grupo Coleccionista Minero (GRUCOMI), nacido en la era de las prejubilaciones
para alcanzar los eximios objetivos que se propongan su, ya casi, centenar de
socios. Puede que el Premio a la Concordia nos fuese bien, pero tampoco le
haríamos asco al de Humanidades y, si tercia, al de Deportes.
Al menos nos va la marcha.
¡Afíliate!
FDO.: D. PEDRO FANDOS RODRÍGUEZ,
Presidente Grupo Coleccionista Minero GRUCOMI, 2003
Hola. Soy bisnieto de D. Aurelio Álvarez Vega, de Villabona,a quien en 1965 le concedieron la medalla de Santa Bárbara. Trabajó toda su vida en las minas durante 45 años y cuando el tenia 91 años, el Presidente del Sindicato Nacional del Combustible, don Victor Arroyo le otorgó tal distinción.
ResponderEliminarMe pregunto si vds podrían ofrecerme alguna documentación existente sobre mi bisabuelo.
Aprovecho para saludarles y desear Felices Fiestas y Año 2013.
Pedro M. Lázaro Arriarán
veresk641@gmail.com
Me gustaría darme de alta en el grupo, dispongo de unas 13.000 fotos de minería propias recopiladas a lo largo de más de veinte años recorriendo las cuencas mineras asturianas,leonesas y palentinas. Soy bisnieto, nieto e hijo de mineros y también dispongo de una bonita colección de material ,utillaje y documentación de tema minero. tengo página de facebook
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/josehortensio.velascorabanal,
correo electronico hvelascorabanal@yahoo.es o jhvr1956@gmail.com telefono 629148970 Puede ser muy interesante el contacto porque tengo mucho que aportar y tengo mucho que aprender de vosotros. Espero atendáis mi petición, saludos.
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