Los últimos druidas
Sombras y luces
en la Navidad
en la Navidad
Celso Peyroux
Entre tanto neón, bombillas de
colores, abetos, guirnaldas y luces donde nunca las hubo, hay muchas sombras en
estas fiestas que tendrían que iluminar los rayos del sol y los corazones
generosos de hombres y mujeres de buena voluntad. Si por estos valles hay gente
necesitada que a duras penas tienen para cubrir sus necesidades, les puedo
asegurar que he visto, en carne viva, el hambre atenazando los vientres de los
niños y gargantas secas sin una gota de agua. Es un verdadero placer para los
ojos y el alma ver en plena noche como se disipan las tinieblas al pasar por
los pueblos de carreteras y calles. Pero resulta aun más gratificante
ver cómo colectivos de vecinos se afanan encendiendo luces que iluminan a los
más necesitados. En Grado, las mujeres instalan un Belén –con la ayuda de sus
maridos- recogiendo diezmos para aquellos que no tienen un trozo de pan que
llevarse a la boca. En Teverga, este fin de semana la solidaridad llamará a la
puerta y varios colectivos y el Ayuntamiento estarán atentos para abrirla.
¡Feliz Navidad sin sombras!
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