Pravia se asienta sobre la vega del río Nalón a 39 metros de altitud, al píe del pico Cueto. Fue capital del reino de Asturias durante 17 años, desde que el rey Silo la llevó allí hasta que Alfonso II la trasladó a Oviedo.
Del siglo XVIII data la Colegiata de Santa María, que se construyó por mandato de Fernando Ignacio Arango y Queipo, Obispo de Tuy, nacido en Pravia, obra de los arquitectos Fernando de la Riva Ladrón de Guevara y Pedro Muñiz Somonte; es hoy iglesia parroquial, en la que se puede admirar un Cristo gótico. La fachada, toda de sillares, se divide en tres calles; la derecha continúa en altura con una torre cuadrada. Los pisos, también tres, disminuyen en altura hacia arriba; en el bajo se abre un pórtico con tres arcos de medio punto. El interior de la nave presenta tres naves, la central cubierta de bóveda de cañón y las laterales de crucería.
Colegiata de Pravia, 2010
Además del retablo mayor hay otros seis de indudable valor, que se piensa fueron hechos por el mismo taller (el de Borja) aunque con algunas innovaciones. La policromía de todos ellos debió ser bastante posterior a la factura del central, ya que en 1741 el Cabildo de la Catedral da noticia de que “el portugués que doró los retablos de Pravia se halla en esta ciudad” acordando encargarle el dorado de los colaterales catedralicios. Así vemos ya usarse los colores de tonalidades delicadas con predominio de los azules claros y rosas junto a un oro brillantísimo que lo recubre todo. Los fondos de las hornacinas se pintan con rameado de flores y hojas de diseño rococó y con cabezas de serafines entre nubes.
Retablo barroco de Santa Bárbara, 1999
Santa Bárbara se encuentra en un retablo de la nave derecha La figura posee un buen estudio del movimiento de su cuerpo y ropajes, que unido a la afabilidad de su rostro y a sus vestiduras lujosas nos acerca al espíritu rococó.
Escultura barroca de Santa Bárbara, 1999
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