Los concejos costeros comprendidos entre Cudillero y Castrillón son concejos prósperos en los que los edificios tanto civiles como religiosos han sido sometidos a frecuentes reformas con lo que han perdido en muchas ocasiones su aspecto original. Soto es la capital del concejo de Soto del Barco. Se asienta en una suave pendiente sobre la margen derecha del río Nalón, escalonándose su caserío entre los 20 y 40 m. de altitud. Los actuales términos de Soto del Barco resultan muy ricos en cuanto a documentación escrita altomedieval se refiere. Dos son los objetos fundamentales: la villa de Soto, con su iglesia de San Pedro, y el castillo de San Martín.
En 1039, el presbítero Govoldo funda el monasterio de San Pedro, San Pablo y San Salvador de Soto. En 1045, el mismo personaje, entrega la iglesia de San Pedro al monasterio de San Vicente de Oviedo. Los dos lugares, ya en el siglo XI, se vinculaban al territorio de Pravia, tal y como demuestra el documento de 1070 por el que la comunidad de San Vicente permuta sus propiedades en la villa de Soto “qui est in valle Pravia, circa castrum Sancti Martín”. En el siglo XII continúan las referencias a Soto y a partir de la siguiente centuria se tornarán aún más prolijas. En 1836 este territorio se desmembró de Pravia, constituyendo el concejo de Soto del Barco y en 1868, el Ayuntamiento adquiere el solar para edificar el nuevo templo, al que se refiere el libro de Asturias de O. Bellmunt y F. Canella, describiéndola así: “Es nueva, sencilla, capaz con holgura para su feligresía de buen gusto y con espadaña elegante. Fue construida en 1880 y consagrada en 1881. Este templo, que ha reemplazado a otra más modesta y ruinosa iglesia que se alzaba con bóveda de medio cañón en sitio próximo, se debe a los perseverantes trabajos y piadoso celo del ilustre don Manuel A. Tamargo, su actual cura párroco, quien ha consignado en un libro manuscrito la relación de gestiones y esfuerzos que le fue necesario realizar para conseguir ver alzada su iglesia”. El templo actual fue reinaugurado por el arzobispo Manuel Arce Ochotorena en 1942 y la obra fue costeada por Don Ildefonso Fierro, según consta en una placa colocada sobre la puerta. En la fachada se abren dos vanos alargados en los que está representado en relieve San Pedro Papa y San Juan Apóstol. En el interior del templo, los tramos de la nave se separan mediante grandes arcos. Alberga un gran número de imágenes, unas en retablos de madera coetáneas de la iglesia, y otras en repisas, como la Santa Bárbara, acompañada de una lámpara de mina.
La imagen procede del Colegio de Formación Profesional Santa Bárbara en Soto del Barco, abierto al final de la década de los años cuarenta del siglo XX en el Palacio de la Magdalena para dar formación y cobijo a las huérfanas de mineros.
En los años cincuenta, el subsidio de la minería asturiana se encargó del colegio y con él llegaron las monjas seglares Javerianas, de la Orden de San Francisco Javier. Las monjas forjaron la unión de las alumnas creando una gran familia minera. En los sesenta, comenzaron a acudir al colegio las niñas de la zona.
En 1993, el colegio cerró definitivamente. La imagen de Santa Bárbara fue acogida en la iglesia parroquial siendo cura Jesús García, y en 2007 el palacio abrió sus puertas como complejo hostelero. Ni siquiera el Nalón baja ya teñido por el carbón procedente de las Cuencas. No obstante, las ex alumnas están seguras de algo: de que su «familia minera» siempre permanecerá en sus corazones.