Texto de Ángel Fernández Ortega para el 2º Encuentro de Escritores de la Mina celebrado en Laviana en 2003 y recogido en el libro de Actas.
"Decir valle de Turón es decir valle del carbón. Hacía más de 300 millones de años que la naturaleza venía esperando que alguien descubriera su secreto mejor guardado, para ello había hecho confluir en este valle tres circunstancias únicas e irrepetibles en toda la Cuenca Central Asturiana. Por un inescrutable designio este valle está orientado de Este a Oeste. Por otro lado, sólo este valle adaptó con exactitud su fisiografía a una espectacular estructura sinclinal. En tercer lugar, el valle de Turón forma una especie de espiral central y geográfica del gran territorio hullero asturiano. Este valle puede presumir de haber sido literalmente el eje geográfico y geológico del fenómeno industrial que mayor repercusión habría de tener en la conformación de la moderna historia de Asturias y por ende de España."
Pedro Fandos, geólogo
Tras más de 136 años de explotación minera y ante el cierre paulatino de sus más de 400 bocaminas y 6 pozos extractivos a lo largo de la 2ª mitad del siglo XX, actualmente el valle de Turón constituye uno de los territorios que en tan pequeño espacio físico conserva el mayor número de elementos del patrimonio industrial y minero más importante de Europa.
La primera mina comenzó sus labores en 1867, en la localidad de Cortina con la concesión a Vicente Fernández Martínez, empresario y oriundo del caserío de La Pena´l Padrún de la parroquia de Figaredo, del denominado coto minero de La Paz de Figaredo. Actualmente ésta es la única empresa minera de carbón que después de 136 años de vida aún continúa con plena producción. En 1880, recaló en el valle la empresa minera Metalúrgica Belga que inicio sus trabajos en la mina conocida como Les Caciones. En 1890, llegaron los empresarios vascos y fundaron la empresa Hulleras del Turón ocupando 5.198 hectáreas en las zonas más ricas y productivas en labores agrícolas-ganaderas.
Durante este largo período de tiempo, la actividad minera supuso una verdadera revolución económica que alteró el paisaje rural pero también la estructura social, económica y el modo de vida tradicional de sus habitantes. Esta actividad tuvo lugar en casi todos los rincones del valle y ha dejado como herencia un paisaje degradado que, afortunadamente, se va recuperando con proyectos medioambientales como la inclusión en el PORNA de la reciente declaración como paisaje protegido de las Cuencas Mineras.
Pasados los últimos 30 lustros de labores mineras, se ha consolidado en el valle un paisaje caracterizado por una compleja mezcla de elementos de marcado interés medioambiental e industrial. Respecto al segundo caso, el patrimonio minero presenta una serie de potenciales arqueológicos ligado a la antigua empresa Hulleras de Turón y catalogados por la geógrafa María Fernanda Fernández, los colectivos GRUCOMI e INCUNA. Personalmente he investigado unas 80 bocaminas en las que epigráficamente se datan fechas muy antiguas. En una de ellas, la bocamina del 4º de San Pedro, se remonta al año 1891. Posiblemente es la epigrafía más antigua que se conserva de todas las bocaminas existentes en las Cuencas Mineras.
En medio de la maraña vegetal, donde sobresalen masas forestales y brañas campesinas, se intercalan las típicas viviendas obreras, de marcado valor arquitectónico, que se bautizaron como: colominas, cuarteles o barracones, comenzando a construirse en etapas sucesivas a partir de finales del siglo XIX. También sobresalen las huellas de las trincheras del ferrocarril minero, planos inclinados, (aún se conserva la traza del plano "El Artusu" el más largo de toda la geografía minera asturiana) y parte de las viejas instalaciones de La Cuadriella, sin olvidar los hitos o "catedrales surgentes" representados por los castilletes de extracción minera y chimeneas que son referencias espaciales de gran interés escultórico. Nos estamos refiriendo a los pozos mineros y su infraestructura adyacente, como los ya desaparecidos pozos de la Balanza cuya plataforma se ubica en la cota 690 m. y El Rincón, (este último no llegó a funcionar por desgraciados motivos), el Pozo Espinos (1927) el pozo San José (inaugurado en 1957) el pozo plano de Fortuna (1938) y el pozo Santa Bárbara (1913).
Pozo Espinos, 2014
Con fecha 21 de Marzo de 1996 el Pleno del Ayuntamiento de Mieres acordó por acuerdo unánime la declaración del Valle de Turón como "Patrimonio Histórico de la Minería Asturiana", instando al Gobierno del Principado y al de la Nación, la declaración oficial como patrimonio histórico de la minería española.
Partiendo de esta premisa y en palabras del director de Ce/Codet, Fermín Rodríguez, "resulta incuestionable que nos encontremos ante un espacio portador de valores culturales, en tanto que testimonios de civilización que es preciso reconocer, salvaguardar y revalorizar a través de instrumentos jurídicos adecuados."
La salvaguarda de este territorio se hace cada vez más urgente y deberá tratar de mantener los testimonios singulares del pasado y los propios recursos naturales que posee el territorio convirtiéndolo en un verdadero factor de progreso económico para la zona.
Al servicio de estos objetivos de salvaguardia y revalorización del valle, en tanto como espacio cultural, existen en el ordenamiento jurídico instrumentos susceptibles de originar diversas políticas de ordenación del territorio. Recientemente ha surgido la aprobación en la Junta General de la ley 1/2001 de 6 de marzo del Patrimonio Cultural de Asturias. Es importante señalar que el sistema de tutela que introduce la legislación protectora del patrimonio histórico tiene distintos niveles, siendo la más adecuada para este valle la ley de Bienes de Interés Cultural. Se entiende que la declaración del BIC constituye, después del inventario, la medida inmediata de protección que debe aplicarse. Para ello hay que llevar a cabo la primera identificación, delimitación, definición y documentación. De esta manera se asegura su integridad física y se establecen las bases que permiten acometer posteriores actuaciones.
El servicio de Patrimonio de la Consejería de Cultura del Gobierno del Principado de Asturias y a través de DO.CO.MO.MO.-Asturias ha inventariado el Pozo Santa Bárbara como bien a incluir en el Patrimonio Industrial Histórico de Asturias, tras un acuerdo alcanzado entre la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Educación y Cultura. El pozo minero de Santa Bárbara es el elemento número 16 de los 49 bienes históricos identificados en las 14 autonomías implicadas del estado español que amenazaban ruina segura. En sus diferentes fases de actuación para estos bienes culturales: IN (inventario), EP (estudio previo), PD (plan director), PRO (proyecto de actuación, el pozo Santa Bárbara está colocado en el lugar más avanzado (PD), destinado en la fase de actuaciones urgentes.
La Chimenea de la zona industrial de La Cuadriella de Turón es uno de los símbolos más representativos del paisaje minero del valle de Turón. Está integrada en las antiguas instalaciones de la primitiva central Termoeléctrica, recientemente restaurada por HUNOSA. Por ahí salían los humos que generaban dichas instalaciones, los cuales se evacuaban hasta la chimenea por un canal soterrado bajo la carretera general. La chimenea se ubica en la ladera septentrional del cordal de Longalendo y cercana a la carretera a su paso por el barrio denominado "La Bárzana". Está asentada sobre una voluminosa peana de hormigón, soportando la esbelta construcción de unos 25 metros de altura, con sección circular y diámetro decreciente en altua que se corona por una arquería ciega (remedo de lesenas normandas) y anillos resaltados. Esta construcción se debe a Manuel Martínez, "el bilbaíno" que vino a Turón en 1926 con el encargo específico de construirla, gracias a su reconocida reputación profesional.
La salvaguarda de este territorio se hace cada vez más urgente y deberá tratar de mantener los testimonios singulares del pasado y los propios recursos naturales que posee el territorio convirtiéndolo en un verdadero factor de progreso económico para la zona.
Al servicio de estos objetivos de salvaguardia y revalorización del valle, en tanto como espacio cultural, existen en el ordenamiento jurídico instrumentos susceptibles de originar diversas políticas de ordenación del territorio. Recientemente ha surgido la aprobación en la Junta General de la ley 1/2001 de 6 de marzo del Patrimonio Cultural de Asturias. Es importante señalar que el sistema de tutela que introduce la legislación protectora del patrimonio histórico tiene distintos niveles, siendo la más adecuada para este valle la ley de Bienes de Interés Cultural. Se entiende que la declaración del BIC constituye, después del inventario, la medida inmediata de protección que debe aplicarse. Para ello hay que llevar a cabo la primera identificación, delimitación, definición y documentación. De esta manera se asegura su integridad física y se establecen las bases que permiten acometer posteriores actuaciones.
El Instituto de Patrimonio Histórico Español (IPHE) y el Pozo Santa Bárbara de Turón
El servicio de Patrimonio de la Consejería de Cultura del Gobierno del Principado de Asturias y a través de DO.CO.MO.MO.-Asturias ha inventariado el Pozo Santa Bárbara como bien a incluir en el Patrimonio Industrial Histórico de Asturias, tras un acuerdo alcanzado entre la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Educación y Cultura. El pozo minero de Santa Bárbara es el elemento número 16 de los 49 bienes históricos identificados en las 14 autonomías implicadas del estado español que amenazaban ruina segura. En sus diferentes fases de actuación para estos bienes culturales: IN (inventario), EP (estudio previo), PD (plan director), PRO (proyecto de actuación, el pozo Santa Bárbara está colocado en el lugar más avanzado (PD), destinado en la fase de actuaciones urgentes.
Castillete del pozo Santa Bárbara, junio 2014
Esta designación es una satisfacción para los mierenses y turoneses en particular aunque entendemos que todo el valle de Turón, a lo largo del cual se ubican un amplio abanico de valores patrimoniales, deberá estar integrado en su conjunto en la misma declaración, aunque no cabe duda de que este pozo minero va a constituir el buque insignia de este singular valle minero.
Todos estos objetivos están ligados a los nuevos proyectos que están diseñados para el valle: el nuevo colector del río, la circunvalación de la Veguina, la regeneración de las escombreras, el centro de Interpretación del Paisaje Protegido y otras comprometidas actuaciones urbanísticas más.
En cuanto a los valores patrimoniales, y según palabras de María Fernanda Fernández, "no se trata de aislar piezas singulares con un valor intrínseco derivado de su excepcionalidad, sino decidirse por la conservación selectiva en función de varios criterios, buscando piezas representativas con un valor didáctico, puesto que a través de ellos se comprende parte de la historia socioeconómica del valle."
Por lo tanto, es necesaria la creación de una fundación vinculada al entorno minero que coordine los medios por los que se ponen en valor el paisaje geológico, industrial y humano con su centro encuadrado en el pozo Santa Bárbara, llenándolo de contenidos por medio de los cuales transmita, entre otras cosas, las relaciones de la industria minera y la comunidad y que sirva para otras funciones científicas ligadas a la investigación minera, no sólo del carbón sino de toda la minería asturiana.
Castilletes del Pozo Santa Bárbara, finales de 2015.
Restaurados pero aún sin otro uso.
En definitiva, a de retomarse el Plan Estratégico "Turón, Patrimonio histórico de la minería española" que Ce/Codet ya había diseñado y consensuado con las asociaciones más representativas del valle en el año 1998. Debe llevarse a cabo este proyecto con la aportación de todos los entes implicados: HUNOSA, con el valor incalculable de su documentación histórica, la Dirección General de Industria y Minería, por la referencia de sus archivos y la vocación demostrada en defensa del patrimonio, la Dirección General de Cultura, responsable del patrimonio histórico, la Universidad, la Consejería de Medio Ambiente de la que depende el paisaje protegido de las Cuencas Mineras y el Ayuntamiento de Mieres por la obligación contraída por la le en defensa de los bienes de interés cultural.
Todo el valle de Turón es un territorio cargado de significación de la cultura minera. Los vestigios huellas de su patrimonio definen su paisaje y su patrimonio cultural es además un potencial de desarrollo alternativo, enriquecido con la subsistencia de un entorno natural y campesino presente en su paisaje y paisanaje, tradiciones y cultura etnográfica.
La Chimenea de La Cuadriella, símbolo del patrimonio minero turonés
Chimenea de La Cuadriella
Foto: Nel Amaro, 2005
Los movimientos asociativos de Turón ya hace tiempo que demandan la restauración de dicha chimenea ante el estado de su cúpula que está en franco deterioro.
En estos días hemos observado la instalación de una gran grúa cuyo brazo de trabajo se sitúa al nivel de la cúpula. Creo que es una buena noticia para los turoneses que de una vez se acometa esta obra, como otras aún pendientes a lo largo del valle, en beneficio de la conservación del Patrimonio Arqueológico y Minero más importante de Europa.
La parte negativa de esta actuación tiene tintes de veracidad, según noticias fidedignas que me han llegado. Ojalá estemos equivocados.
Según rumorología las intenciones son opuestamente contrarias al bien deseado y racional. Parece que se trata de eliminar la parte desconchada actualmente y colocar en su lugar una placa metálica con un pararrayos, lo que se considera un atentado contra el patrimonio turonés, su historia y contra la memoria de los cientos de mineros fallecidos a lo largo de 136 años de minería en el valle.
La chimenea se mantiene vigilante de las bondades del valle, simbolizando el carácter industrial que tuvo en otro tiempo.
Si la noticia se confirma, las instituciones implicadas tienen algo que decir, poniendo las cosas en su sitio. Se ha de aplicar la reciente ley del Patrimonio (BIC) cuyos artículos referidos al tema transcribo literalmente:
Sección 3.ª Régimen aplicable al Patrimonio Histórico-Industrial
Artículo 76. Patrimonio Histórico-Industrial.
1. Integran el Patrimonio Histórico-Industrial de Asturias los bienes muebles e inmuebles que constituyen testimonios significativos de la evolución de las actividades técnicas y productivas con una finalidad de explotación industrial y de su influencia sobre el territorio y la sociedad asturiana. En especial, de las derivadas de la extracción y explotación de los recursos naturales, de la metalurgia y siderurgia, de la transformación de productos agrícolas, la producción de energía, el laboreo de tabaco, y la industria química, de armamento, naviera, conservera o de la construcción.
2. Se valorará, a efectos de su inclusión individualizada, cuando sus méritos así lo justifiquen, en alguna de las categorías que, a tal efecto, se establecen en la presente Ley, el interés histórico-industrial de los siguientes elementos:
a) Maquinaria, utillaje y herramientas utilizados en los procesos técnicos y de fabricación ya desaparecidos u obsoletos.
b) Las construcciones y estructuras arquitectónicas o de ingeniería adaptadas a la producción industrial mediante procesos técnicos y de fabricación ya desaparecidos u obsoletos, tales como chimeneas, gasómetros, castilletes de hierro, madera, zinc y otros materiales, bocaminas de antigua minería de montaña, obradores, almacenes industriales o talleres mecánicos.
c) Los conjuntos de viviendas y equipamientos sociales asociados a las actividades productivas anteriores a 1940.
d) Las infraestructuras de comunicación marítima, por ferrocarril o por cable en desuso y las construcciones, maquinaria y material móvil a ellas asociados.
e) Las infraestructuras en desuso de extracción, bombeo y conducción de agua ligadas a procesos industriales o a concentraciones urbanas.
f) Las muestras singulares de la arquitectura de hierro, incluyendo mercados, puentes y viaductos.
g) Los fondos documentales de las empresas que reúnan las condiciones de antigüedad a que hacen referencia los artículos 80 y 83 de esta Ley.
3. El Principado de Asturias y los Ayuntamientos protegerán el Patrimonio Histórico-Industrial por medio de:
a) La declaración como Bien de Interés Cultural, la inclusión en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias o en los Catálogos urbanísticos de protección de los bienes susceptibles de recibir ese tratamiento.
b) La recogida sistemática y la puesta al servicio del público y de los investigadores en instituciones adecuadas de los fondos documentales y la maquinaria y bienes similares apartada ya de los procesos productivos y con interés histórico singular.
c) La aplicación de las normas específicas contenidas en esta Ley o que desarrollen sus principios a través de la normativa urbanística, medio ambiental o de cualquier otra naturaleza que establezcan las Administraciones públicas.
d) El apoyo a la labor de las asociaciones, instituciones y personas que realicen labores de investigación y colaboración social en la protección del Patrimonio Histórico-Industrial.
La bocamina más antigua de las cuencas mineras (1981), a punto de desaparecer
El valle de Turón, donde se ubica el patrimonio minero más importante de la Europa del carbón, necesita urgentemente un tratamiento técnico para conservar todos sus elementos industriales que jalonan el territorio a lo largo y ancho de sus 25 kilómetros cuadrados. En este sentido algo ya se está haciendo, como es la recuperación del pozo Espinos y la trinchera del ferrocarril minero que une las localidades de Figaredo y la Güería de Urbiés. Existen otros planes de largo alcance como son la recuperación de los Pozos minero de San José y Santa Bárbara para usos lúdicos y turísticos, pero esos planes se quedarán cojos si no se aplica esta misma terapia hacia las numerosas bocaminas, aún sin catalogar, tal como se demanda en la reciente ley del Patrimonio Histórico (BIC).
Pozo San José, 2015
En las laderas de los cordales que ampara este valle minero llegaron a abrirse más de 400 bocaminas, muchas de las cuales han desaparecido. Aún quedan unas 80 que a duras penas resisten el paso del tiempo, pero son mudos testigos de una actividad histórica que perduró y aún continúa en el valle desde hace más de 136 años.
Hoy traemos a colación la situación de una bocamina denominada el 4º de San Pedro, ubicada a 400 metros de altitud en la ladera del cordal de Longalendo y en pleno territorio del Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras. Esta bocamina se abrió en el año 1891 según consta en la epigrafía que orla su frontis. Fue una de las primeras explotaciones que levantó Hulleras del Turón durante los años 1880. En el Grupo San Pedro, donde estaba situada, ya en el año 1883 produjo 29.234 TM. de carbón que se transportaba hacia el valle por medio de planos inclinados y un "Trus" que funcionaba a modo de funicular. Sabemos también, gracias a los datos aportados por el historiador turonés Manuel Jesús López que en el levantamiento de los muros de los planos y de esta bocamina, intervino un famoso cantero local denominado "Perico Cotarente". Por medio del dato cronológico, esta mina se considera como la más antigua de las que aún existen en las cuencas mineras asturianas en su aspecto original y epigrafiada en su piedra clave.
Bocamina del 4º de San Pedro
Foto: José Hortensio Velasco, 2011
Se sitúa en medio de un paraje bucólico y próximo al paso de la ruta senderista P.R. AS-35 "Senda de los caseríos y brañas turonesas" y la "Senda verde del Valle de Turón". Esta bocamina representa uno de los valores que deben enriquecer el paisaje turonés; su historia y patrimonio, pero actualmente se exige el acondicionamiento urgente porque uno de sus muros de contención se ha desmoronado y peligra el derrumbe total por el peso de dos árboles que penden del mismo.
El Grupo Coleccionista Minero Investigador GRUCOMI, asociación preocupada por la situación del rico patrimonio minero de la región, ha tomado conciencia del tema aquí tratado y hará un próxima visita al lugar.
Ángel Fernández Ortega