jueves, 5 de julio de 2012

Los últimos druidas: 20 años sin minas de Celso Peyroux

No ocurrió como en el tango de Gardel: “…Veinte años no es nada…” Han sido siglos; lo ha sido todo. Nos cerraban las minas a cal y canto y de esta manera desmantelaban toda una comarca. ¡Vaya si hay culpables! El cazurro, de cuyo nombre no quiero acordarme, vino, vio, no convenció y se marchó con las subvenciones destinadas a un pozo plano fantasma que nunca existió. Las bocaminas de Cuña eran una tapadera y unos retales para alargar la agonía. A unos un puñado de millones contados con los dedos de una mano; A otros el final de su vida laboral en HUNOSA; los demás a recoger el petate y buscar, como las golondrinas, aleros más prometedores. Se sabía que ni la “Senda del oso”, ni el “Parque de la Prehistoria”, ni el turismo rural serían una alternativa. Y así fue. Nos quedamos a la luna de Asturias que ya no alumbra a nadie. Pero eso sí, nobleza obliga, con casta, orgullo y la frente levantada mirando hacia el futuro. También nos unimos a quienes caminan hacia Madrid defendiendo el pan de sus hijos. ¡Viva la xente minera!
Celso Peyroux

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