Con motivo de nuestra XIX Exposición de Coleccionismo Minero, que este año celebraremos en el Museo Etnográfico de Quirós, del 3 al 11 de diciembre, nuestro socio y cronista oficial de Quirós, Roberto Fernández Osorio, nos introduce en los inicios de la minería de su concejo:
"Los capitales extranjeros llegaron a Quirós con la Compañía Chauviteau que sufrió dificultades económicas y logísticas en la extracción de carbón y en la industria siderúrgica. El Diccionario Geográfico e Histórico de Asturias realizado por F. J Martínez Marina se refiere al carbón de piedra en el concejo. Incluso dice que aunque no se hace ningún uso de él se cuentan más de veinte carboneras abiertas. El ingeniero Luis de Meroihon menciona como zonas explotables en un futuro aparte de las de Langreo a Olloniego y Quirós.
"Los capitales extranjeros llegaron a Quirós con la Compañía Chauviteau que sufrió dificultades económicas y logísticas en la extracción de carbón y en la industria siderúrgica. El Diccionario Geográfico e Histórico de Asturias realizado por F. J Martínez Marina se refiere al carbón de piedra en el concejo. Incluso dice que aunque no se hace ningún uso de él se cuentan más de veinte carboneras abiertas. El ingeniero Luis de Meroihon menciona como zonas explotables en un futuro aparte de las de Langreo a Olloniego y Quirós.
La Compañía Chauviteau poseía unas minas de
zinc en la entonces denominada provincia de Santander. La estrategia
empresarial buscaba la obtención de carbón asturiano destinado a una hipotética
fundición de zinc lo que hizo que recalaran en Quirós en 1.856. Según un informe de la empresa el capital de
Minas y Fundiciones de Santander era insuficiente para la explotación de
minerales por lo que se creyó necesario crear una nueva sociedad que se dedicaría
a la explotación de Quirós, a la que se cederían las minas a cambio de 750.000
francos.
Bocamina en la Zorea, Quirós
En 1.860 Gabriel Heim, socio representante de
Chauviteau presentó una memoria demasiado optimista, según los descubrimientos
posteriores, de la zona de Quirós. La Compañía adquirió 53 minas de hulla de un
grupo de 178 pertenencias con 114 capas que contenían treinta millones de
metros cúbicos de carbón para extraer. Las variedades eran hulla seca, semi-crasa y crasa con múltiples aplicaciones al campo de la industria local y
nacional. Adaro se refiera en 1.884 a la
calidad del carbón de Quirós muy recomendado “para calderas fijas, locomotoras
y navegación”. Destaca también la calidad del cok y lo barato de los lingotes
obtenidos en los altos hornos del concejo. La Fábrica de Armas de Trubia se
presentaba como uno de los clientes prioritarios.
La Compañía también se planteo la fabricación
de cal para abono de campos aprovechando las abundantes calizas de la zona.
Barajaba también otras posibilidades de instalar otras industrias en Quirós.
Incluso se planteo abastecer a otros establecimientos industriales e incluso a
los fer rocarriles. Heim solo veía ventajas en Quirós. Los numerosos y extensos
bosques aprovisionarían las labores mineras. La masa humana era abundante y la
nula industrialización facilitaba la facilidad de contratación a bajo coste
pues no había más ofer ta de trabajo, salvo el del campo.
Bocamina en Quirós
Para la construcción del fer rocarril y la puesta en
funcionamiento de las minas se constituyo la filial Société Houillére de
Quirós.
Como dice aquel viejo dicho quirosano “todo al
cocer, mengua”. Esto le paso al informe de Heim. Al comenzar a explotar las
capas descendieron a tan solo veinte frente a centenar largo. El depósito de
carbón del concejo se estimo entonces en tan solo seis millones de toneladas
(ahora se demuestra que las reservas de Quirós eran muy superiores a esta
segunda valoración pues en tan solo un lugar cercano a la capilla de
Trobaniellu en Puerto Ventana se estiman seis millones de toneladas).
Otro fallo de Heim fue la valoración de la
mano de obra pues esta a pesar de ser abundante era inexperta en labores
mineras e industriales. Fue necesario contratar operarios foráneos expertos que
llegaron de la Cuencas mineras centrales. Era trabajadores más caros. Tenían
como ventaja su estabilidad pues se asentaron en distintos pueblos quirosanos
cercanos a las minas. Todo ello se
compensaba con la normalidad de la producción de carbón, los ahorros al
aprovechar la madera del país, la seguridad de muchas capas que permitían
explotar con poco relleno.
La subasta del Ferrocarril a través de Pajares
llevo a construir una carretera hasta Trubia de unos treinta kilómetros para
bajar los minerales. Sin embargo en 1.867 la Fabrica de Trubia apago sus altos
hornos. Esto supuso la paralización de la mayor parte de las minas y la venta
de la Société a la Compañía de Minas y Fundiciones, su matriz.
Tolva Cribu, Quirós
La reconstituida Sociedad dirigida por
Thiebaut se propuso la fabricación de lingote aprovechando la abundancia de
minerales del concejo (hierro, carbón, caliza, arcilla, dolomías, arenas…). Así
se comenzó la construcción de un pequeño alto horno encendido en julio de
1.870. Las minas volvieron otra vez a ponerse en funcionamiento. La empresa
habla de galerías de dirección y cortes transversales en seis pisos difer entes. Relacionados de dos en
dos. Del tercero al primero había un plano inclinado que del que partían los
ramales de una vía general de cuatro kilómetros. Probablemente esta vía de tan
largo recorrido fuera la zona de servicio de una maquina locomóvil de dos
toneladas que era similar a una máquina de vapor. Este ingenio vino desde
Comillas en Santander por barco hasta Arnao en Avilés. Después probablemente
desmontada y en unos carros llego a Quirós después de varias jornadas de viaje.
Lavaderos del Xagarin, Quirós
Probablemente eran las primeras explotaciones
del Monte Runeiru. En 1.883 se explotaban minas en Xagarin y San Salvador cerca
de los altos hornos. También la Primera de Corros, Lola, Quemada y Pepa.
Contaban con un lavadero Berard en la
zona del Cribu que conseguía lavar 120 toneladas diarias. Además había un
taller de lavaderos de pistón con capacidad de un centenar de toneladas
diarias.
La empresa decidió construir un fer rocarril para facilitar la
salida de sus productos y minerales hacia Trubia. Así se inauguro la vía en
1.884. Pero distintos problemas financieros llevaron a la Compañía a vender sus
propiedades en pública subasta en 1.888 a Fábrica de Mieres por 750.000
pesetas. Las concesiones mineras, los altos hornos de Quirós y la fábrica de
Quintana en Trubia pasaron a un antiguo socio de la Chauviteau, Numa.
Estos fueron los inicios de la minería y
siderurgia quirosana durante la segunda mitad del siglo XIX. El siglo XX tiene
otras historias mineras que contaremos en otra ocasión."
Roberto F. Osorio, Cronista Oficial de Quirós
Excelente el trabajo de Roberto, tal como ya le felicité en su presentación en LibrOviedo. Saludos, F.Palicio
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