Currielles es una aldea de la parroquia de Cangas de Narcea, que se halla situada a 540 m. de altitud. Dista 2,5 km. de la capital, enlazada a través de una estrecha pista con la carretera CN 2 (Cangas – Villalar).
En su parte alta, bajo una línea llamada “El Chano de Mala Muerte” (donde la tradición dice que los moros mataron a una joven del pueblo), se encuentra la capilla dedicada a San Antonio, de estilo popular aunque con la singularidad de presentar tejado a cuatro vertientes y espadaña en la cabecera. Se estructura de la siguiente manera: pórtico cubierto a tres aguas; capilla propiamente dicha, a dos, y sacristía también a tres. Todo el edificio configura un rectángulo de 5,4 metros de ancho y 10,85 de largo, resultando una superficie aproximada de 60 metros cuadrados.
La fachada presenta puerta de acceso adintelada, flanqueada por muretes a media altura y barrotera torneada que se alarga hasta el techo.
El cuerpo principal del retablo, (las zonas superior y laterales fueron añadidas tal vez con intención de encajarlo en la capilla) que alberga las imágenes de San Antonio, Santa Bárbara y San Roque, se supedita a las normas barroquistas del siglo XVIII, fecha en que debió construirse. Ni el retablo ni las imágenes que en él se alojan pudieron evadirse del repinte, que resulta algo estridente en conjunto.
Un estudio individualizado demuestra que, tanto el retablo como las tallas, tienen una calidad muy superior a la que podría esperarse en una capilla situada en una pequeña aldea. Es de suponer que se trate de una influencia del Taller de Corias que tanto se hace sentir en todos los rincones del concejo.
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