Los últimos druidas
Dos OS.O.S.
para la Senda
Celso Peyroux
para la Senda
Celso Peyroux
El día en el que alguien firmó el
documento de venta del camino de hierro entre Trubia y Santa Marina-Entrago con
sus raíles, puentes, locomotoras, vagones… estaba mejor de un dolor
de muelas. Todo se hubiera aprovechado para unas cosas y otras. ¡Con lo bella
que fue la idea, la Senda del Oso nació con mal pie y ya podemos ponernos
a trabajar para hacer de ella una ruta de placer y de cultura!
Dos S.O.S. se
hacen necesarios para rescatarla, defenderla y difundirla: una estafer ia
vecinal -a la antigua usanza-, con la ayuda de las Instituciones, limpiarla,
acondicionarla y ponerla en el buen uso que se merece; la otra, aquella
iniciativa, dictada por este cronista en los años setenta, para recuperar un
espacio lleno de historia y poner en marcha un plan turístico dando a conocer y
dinamizar nuestros valles con la ayuda de todos. Ahora, la propuesta del concejal
tevergano Iván Gayo queda en el aire y la creación de un consorcio o patronato
se hace indispensable. Veremos.
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