Los últimos druidas
Yernes y Tameza
quieren vivir
Celso Peyroux
quieren vivir
Celso Peyroux
Es igual que la circunfer encia
letal que engloba a los once municipios del Camín de La Mesa se haya llevado a
trescientos sesenta de sus habitantes. Hace años que damos por perdida la
batalla de permanecer en las tierras que nos vieron nacer, crecer, vivir y
morir, porque nuestras autoridades no han sabido hacerlo mejor a pesar de la
buena voluntad que tuvieron deseando ver a sus concejos felices y contentos. No
ha sido así, pero Yernes y Tameza quieren seguir viviendo emulando aquel grito
vital de los años setenta cuando se veía el final de Hullasa: “Teverga no
quiere morir”. Tan queridas y conocidas aquellas tierras del otro lado de
Caldobeiru por lazos de amistad y familiares: Adolfo Fuxó en el recuerdo.
Yeryta, dinámica y valiosa asociación vecinal, se ha propuesto luchar contra el
despoblamiento y, a fe mía, que con el amplio y variado programa que tiene por
delante, conseguirá los fines que se propone. Esta unión y labor son paradigmas
a imitar para los muchos druidas desanimados que buscan, en vano, aleros más
prometedores. Ya no pugnan los toros entre las dos parroquias y se abre un
tiempo de paz y convivencia, de júbilo y progreso. Alea jacta est.
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