jueves, 12 de mayo de 2016

Y van tres años en Trubia, Celso Peyroux

Los últimos druidas
...Y van tres años
en Trubia
Celso Peyroux

Esperaban que el milagro de la primavera, con la rama verde del olmo de Antonio Machado, llegaría el final de un adiós a tanta injusticia, marginación, engaños, dificultades para soportar las agrias manzanas de la vida (pan, agua, sal, luz, techo… y dignidad), trabajo y un horizonte azul. Pero, después de tres largos años de lucha, las esperanzas se las lleva el Nalón río abajo hacia la mar, que es el morir. Los “cincuenta-y-cinco” se reúnen todos los “diez” de cada mes para mostrar al mundo que existen y que sus aspiraciones de vuelta a la labor son tan justas como un cuenco de agua a quien pasa sed. La G.D.S.B.S. (de cuyo nombre no quiero acordarme y que a buen seguro don Quijote la hubiera emprendido a golpe de lanza y espada contra “…tanto pillastre e facineroso…” puso en la calle a más de medio centenar de buenos y honrados trabajadores que tienen la esperanza de recuperar sus trabajos porque “… Aún entre los demonios hay unos peores que otros, y entre muchos malos hombres suele haber alguno bueno…”

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