Los últimos druidas
Vacaciones
en el campo
Celso Peyroux
en el campo
Celso Peyroux
Dicen que los hombres y mujeres del campo van a disfrutar de vacaciones pagadas y de otras ayudas y servicios para hacerles la vida más llevadera. ¡A buenas horas mangas verdes! ¿Y todo este tiempo perdido desde la década de los sesenta? Ensidesa, Hunosa, Uninsa, Aboño, Gasificadora, Metro-tren, museos de esto y de aquello, ciudades engalanadas, polígonos industriales, proyectos de metrópolis y macro urbes… y de las zonas rurales ni el viento se acordó. Si son más de setecientos los pueblos y aldeas abandonados en toda la región, por algo será. Aunque a nadie le gusta la fesoria, cuando los núcleos rurales se abandonan será por algo más que el duro mango y la labor diaria de sol a sol. ¿Cuándo se enterarán de que el campo y todo cuanto produce es el sector primario? Es decir el primero. Esto es, que dependemos de él y de quien lo trabaja para subsistir. No hay dinero que pueda compensar la dura tarea cotidiana aunque gocen del aire libre, libertad de horarios y se escapen de la vigilancia del jefe de personal. ¡Vacaciones! ¡Qué ironía! ¿A qué precio?
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