Los últimos druidas
Se fueron caminando hacia la mar
Celso Peyroux
La red viaria de carreteras de los años setenta llegó muy tarde a los Valles del Trubia. Dicen algunos que sobre todo sirvieron para que las gentes de los pueblos se fueran marchando hacia lugares más prometedores como la marina y los llanos de la región. Desde entonces la diáspora y abandono de los pueblos y aldeas, tierras de labor y pastizales fue una riada permanente. No han sabido paralizar aquel viaje sin retorno y hoy nos encontramos con núcleos rurales abandonados y lo que es peor sin un plan definido para ayudar a permanecer a los más valientes. ¿Dónde los geógrafos, ingenieros, sociólogos, técnicos en proyectos agrícolas, ganaderos y forestales, economistas para enseñar a crear empresas y comercializar sus productos, políticos de talla y talle...? Los romanos construyeron la calzada de La Mesa para conquistar y buscar nuevas metas. A los astures actuales no les queda más que emprender la retirada.
Son, en efecto, los últimos druidas.
Son, en efecto, los últimos druidas.
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