Los últimos druidas
Incendiarios
y madroños
Celso Peyroux
y madroños
Celso Peyroux
Madroños para los montes
calcinados de Proaza. Seres vivos para que las naturalezas muertas recuperen su
esplendor y el verde de sus esbeltas figuras pongan una luz de esperanza en un
mundo donde el hombre todo lo destruye.
Programa que se nos antoja a seguir en
tan plausible iniciativa: -asegurar el dinero del proyecto (del dicho al hecho…
Recuérdense los años que estuvieron cinco aldeas del concejo sin luz eléctrica
mientras los cables aéreos cruzaban uno de los núcleos rurales); -evitar
burocracias inútiles a las que las gentes del campo y administraciones locales
están acostumbradas (quince años es el tiempo para ver la planta crecida y no
para dar la primera “fesoriada” y sepultar la raíz en el suelo); -evitar que el
pimpollo sea pasto de los muchos ciervos que viven en la zona; -hacer un
seguimiento periódico a la plantación y mientras se hacen todos los
preparativos, dar caza y captura al Nerón incendiario para que participe en los
trabajos y regenere su corazón enfer mo. En
fin, menos fotos y hechos son amores.
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